Señas de identidad
¿Quiénes somos?
No somos ni mejores ni peores que otros; somos distintos, muy diferentes desde que esta obra fuera fundada por don Juan Trujillano González en el año 1953. Y esa diferencia o singularidad tiene su eje angular en tres “Factores” determinantes:
- Factor de internado.
- Factor de ruralidad.
- Factor de obra socio-educativa inercultural e inclusiva.
Y, basándonos en esta convicción ineludible, si por “Factor” entendemos “todo aquello que puede modificar o cambiar un resultado”, estos tres “Factores”, aplicados al contexto de nuestro Centro, le otorgan un “clima sobrio, sencillo, de alegría compartida, de convivencia y trabajo especial e idóneo”, para que el alumno encuentre allí el lugar específico para trabajar y el camino hacia el éxito; o pueda vencer situaciones difíciles, se supere y pueda seguir creciendo en sus metas, como lo han experimentado a través del tiempo más de cincuenta mil alumnos, que avalan la encomiable acción formativa de esta casa.
Factor de Internado
Así pues, en primer lugar, somos diferentes porque esta obra además de Colegio es ”internado”; además de escuela es “casa”; además de taller es “hogar”…Y ello nos proporciona la posibilidad de ampliar el contacto con el alumno una vez acabado el horario estrictamente académico, con toda la riqueza educativa que ello reporta. Los alumnos y los profesores-educadores prolongan su relación “más allá del pupitre”: en el patio durante las horas de ocio, en la biblioteca en las sesiones de lectura extraescolares, en el comedor, en los campos de deporte, en las aulas de estudio, en los lugares de descanso… y, también, en la convivencia con todas las personas que forman parte de la Comunidad Educativa.
Factor de ruralidad
Al peculiar carácter de “internado” hay que añadirle, además, la condición de obra pionera “en el mundo rural”, ubicada en pleno campo, al oreo de las brisas de las cumbres de Gredos y envuelto en un paraje de encinas que se pierden en la lejanía, circunscribiendo un horizonte de sublime inmensidad entre llanura y meseta…Allí, en mitad del campo, emerge el Colegio como un oasis de humanidad en plena naturaleza; una naturaleza que colabora fielmente con nosotros en nuestros objetivos educativos y nos brinda un “clima humano” tranquilo, acogedor, cordial, agradable, solidario, aliado y siempre cómplice de nuestros logros educativos, que en el mundo urbano serían muy difíciles ,o imposibles, de alcanzar.
Factor de obra socio-educativa intercultural e inclusiva
El tercer rasgo que identifica al Colegio “La Inmaculada” de Armenteros es el carácter socio-educativo intercultural que ha justificado sobradamente su existencia hasta llegar a ser una de las obras benéfico-sociales más significativas en el mundo de la educación.
Este carácter ha generado que Armenteros sea una casa abierta a “la persona como tal, con su dignidad sagrada”, a alumnos de otros paises con perfiles sociales, económicos, curriculares, religiosos, étnicos, culturales… muy diversos. Y en esta heterogeneidad, a modo de “engranaje de reloj”, las piececillas poco a poco se van puliendo y engranando unas con otras, originando así unas relaciones humanas armoniosas, si el alumno se deja ayudar en ese hermoso y difícil arte de convivir. Y, en consecuencia, es precisamente esta “armonía social” la que hace de Armenteros una escuela segura y viva, cuyos logros humanos y formativos van superándose curso a curso; porque entendemos que la heterogeneidad enriquece enormemente la grandeza de la escuela que nunca tiene que practicar la exclusión , la “etiquetación” ni la valoración con prejuicios; sino aceptar la dignidad humana como el elemento aglutinador de esas diferencias, que cada alumno conlleva en sí mismo como ser original, diferente y único…
Fue Guinea Ecuatorial la primera en llamar a nuestras puertas y se las abrimos de par en par.
Y desde entonces hasta hoy la obra de Armenteros se ha visto ocupada por alumnos de un largo etcétera de paises: Honduras, Panama, Republica Dominicana y así hasta treinta paises que han dejado entre nosotros una huella imborrable. En la actualicad, sin olvidar nuca a nuestro alumnos españoles y de otros paises, se hace muy significativa y numerosa la presencia de Guinea Ecuatorial en esta casa; desde la cual muchos alumnos/as han emprendido y culminado estudios universitarios, que les han servido para hacerse un hueco responsable y digno en el difcil mundo del trabajo hoy.
¿Qué hacemos?
Para que nuestro compromiso educativo sea eficaz tiene que ser realista y, por lo tanto, todo lo que se programe tiene que estar en total correspondencia con el perfil de nuestro alumnado y el carácter socio-educativo de nuestro Colegio.
Exponemos aquí una breve, pero significativa, reseña de los procedimientos de actuación que, en nuestro Centro, se pueden considerar “especiales”; porque, ajustándose a la procedencia oficial de los mismos, los hemos adaptado a nuestro particular contexto:
Planteamiento “integral” de la educación
Tenemos muy claro que el crecimiento del alumno tiene que ser integral, en todas las dimensiones. Así, junto a la alimentación, la higiene, la actividad físico-deportiva…, la formación humana y espiritual es el eje fundamental y transversal de nuestro actuar educativo.
No somos un centro de reforma, sino un Centro de Integración y, por ello, buscamos acompañar al alumno en el desarrollo integral, primero, como persona y, después, como estudiante; porque la experiencia nos demuestra, sin ningún tipo de duda, que, para que el alumno-estudiante alcance su éxito académico, es imprescindible que el alumno-persona vaya experimentando un progreso ascendente y , aunque sea lento, “no se pare”.
La identidad del Colegio es cristiana, católica con un marcado carácter ecuménico e interreligioso, que posibilita el crecimiento en la formación en valores y el respeto a las convicciones religiosas que cada alumno profese. “El niño crecía en estatura, en sabiduría y gracia” (Lucas 2.40)
Plan de Convivencia
Dos son los “libros de texto” oficiales que usamos en el aprendizaje de la convivencia: el Decreto 51/2007, del 17 de mayo (sobre Derecho y Deberes del Alumno) y la Declaracion Universal de los Derechos Humanos. Y decimos “libros de texto” porque la Convivencia es la asignatura más importante de cada curso y la experiencias nos demuestra que, efectivamente, a convivir se puede aprender. Admitiendo que “cada centro es una unidad autónoma de convivencia”, en la portada de nuestro Plan de Convivencia, junto a la imagen de un atleta a punto de iniciar la carrera, aparece la siguiente cita: “La convivencia se aprende, requiere entrenamiento personal, tiene salida y meta…” Por consiguiente, la implicación activa y participativa de todos los agentes de convivencia nos conduce hacia el “Modelo integrado de convivencia”.
Así pues, nuestro Sistema de Convivencia está adaptado al contexto específico de nuestro Centro, buscando siempre la mayor eficacia posible. Por ello, si en el Decreto se marcan las fases: Preventiva, Correctora y Sancionadora, como pautas en el proceso de la convivencia; la autonomía de nuestro Plan de Convivencia intensifica la prevención, el diálogo y la cercanía al alumno como pilares básicos de nuestra convivencia. De ahí que distingamos cuatro fases: Preventiva, Precorrectora, Correctora y Sancionadora.
Este sistema requiere la “reinterpretación” del conflicto hasta descubrir sus últimas raíces , porque, sólo así, se podrá ayudar al alumno a encontrar su actitud de “agente vivo” en el plano convivencial.
Programa de “Habilidades Sociales”
Para que el alumno no sea disruptivo en el Sistema de Convivencia debe de tener bien aprehendidas como condiciones indispensables “el autocontrol, la empatía” y “la asertividad.” Sólo cuando vaya manejando estas habilidades el alumno pasará a ser un “agente vivo de la convivencia” y no “un agente vivo del conflicto”.
Programa de “Hábito de Estudio”
Son sus destinatarios aquellos alumnos que, a la hora de “ponerse delante de un libro”, carecen de “fuerza de voluntad” para afrontar el trabajo diario; su “autoestima” está… “por los suelos”. Nuestro Colegio tiene consolidado un Programa especial, a través de “sesiones de estudio” dirigidas por un profesor-educador y los resultados constatados son satisfactorios. Al alumno hay que ofrecerle un “clima de aula” silencioso e idóneo que, poco a poco, le estimule a realizar sus tareas diarias. Y ese clima, “silencioso” para el trabajo, será júbilo, bullicio y alegría compartida en el tiempo de ocio y descanso. En ambos momentos, en el silencio y en el bullicio, en ambos momentos el Colegio es un lugar lleno de vida, porque “Armenteros es vida para la vida”.
Programa de “Técnicas de Estudio”
Va dirigido a aquellos alumnos, que, habiendo realizado un significativo avance en Hábito de Estudio, todavía no alcanzan resultados académicos positivos, porque les falta “metodología” y sistema de estudio; en definitiva, no saben estudiar. Por ello, partiendo de la Comprensión Lectora, el alumno completa una serie de sesiones que le sirven de entrenamiento para mejorar sus resultados académicos.
Fomento de la “Cultura del Esfuerzo”
Buscamos que el alumno aprenda a afrontar las dificultades a través del trabajo y del esfuerzo, y descubra que se sigue adelante, más que celebrando triunfos, superando fracasos.
«He fallado una y otra vez, por eso he logrado el éxito» (Michael Jordan)
Programa de “Socialización Deportiva”
Bajo la designación de Deporteconviencia se aglutina el quehacer deportivo de nuestro Colegio, actividad deportiva que ocupa una parcela muy importante jalonada de premios y distinciones. Pero, lo que hace que el Programa Deportivo sea especial para nosotros, es el “enfoque” como “taller de práctica” del Plan de Convivencia que le hemos concedido y tan buenos resultados nos está dando.
Para qué y por qué lo hacemos?
Para preparar al alumno para la vida, para ese futuro que, incierto, le espera. Estamos seguros de que hay “Futuro” y, si hay Futuro, hay “Esperanza”. Por ello nuestro Proyecto Educativo está diseñado desde una perspectiva muy reflexionada y muy realista, para que el alumno no se considere “un número”, sino “una persona” dotada de “dignidad”, y se sienta cada vez más realizado y más capaz de subir la cuesta hacia “la cumbre”, hacia “el futuro” que en muchas ocasiones parece asfixiarle y resecarle por falta de horizonte. Los alumnos son el “Futuro” y en ellos hemos puesto nuestra confianza: padres, profesores, educadores y todos los agentes que, directa o indirectamente, componen la Comunidad Educativa.
Y lo hacemos así, porque nuestra condición vocacional de profesores-educadores nos hace creer en lo que hacemos, nos predispone a una tarea hermosa, aunque el camino sea difícil y la cuesta a veces sea muy dura.
Al equipo de profesores/as que seguimos creyendo en Armenteros nos avala una dilatada experiencia y un encomiable cariño hacia los alumnos que llegan hasta nosotros. Nos encanta nuestra profesión, gozamos de ella, la “vivimos” día a día y nos sentimos muy felices, no solamente cuando el alumno llega sin problemas a la cumbre; también, nuestra especial dedicación y experiencia nos aporta una gran satisfacción al acompañar al alumno que lleva “la mochila de la vida” demasiado cargada; al que la fatiga del camino le hace ir muy despacio; al que la cuesta fatigosa, empedrada y a pleno sol le resulta inacabable; al que le falta ilusión y fuerza y quiere darse la vuelta a media ladera… Nuestra condición de enseñantes-educadores renueva su felicidad, cada vez que un alumno sube un peldaño hacia la cumbre…